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Después de un conjunto de artículos que explican algunos de los preceptos esenciales del estoicismo, abrimos paso a un pequeño trayecto en el que analizaremos momentos críticos de la vida de nuestro filósofo Séneca. En concreto, nos referimos a situaciones de su vida que para muchos personajes coetáneos —e incluso estudiosos de todas las épocas— sirvieron de «pretexto» para calificarlo de hipócrita.
Existieron diferentes autores clásicos, como Frontón y Aulo Gelio, que se les consideraba autores de índole «antisenequista». Sin embargo, ambos autores se oponían a Séneca por su ámbito estilístico. Veían en él un pensador ilustre, pero que plasmaba sus pensamientos a través de palabras laberínticas. Lo mismo expresaba el rétor calagurritano Quintiliano, en su obra Instituciones oratorias. Ahora bien, como sostenía el mismo Séneca, no definen las palabras, sino los actos. Y él también recibió acusaciones de hipocresía por los hechos. Para ser exactos, atenderemos a cinco hechos memorables que chocaban con su pensamiento, hechos conocidos gracias a los textos de historiadores como Casio Dión y, sobre todo, Tácito:
1. Acusación de adulterio con Julia Livila.
2. Actitud amistosa frente a la actitud satírica ante el emperador Claudio.
3. Implicación de Séneca en el asesinato de Agripina.
4. Posesión abundante de riquezas como preceptor del emperador Nerón.
5. Participación de Séneca en la conjuración de Pisón contra Nerón.
En el presente artículo, indagaremos sobre el primer caso: acusación de adulterio contra Séneca.
Esta acusación supuso su conocido exilio a Córcega y el segundo exilio de Julia Livila por parte de Mesalina, esposa del emperador Claudio. Según el historiador Casio Dión en su obra Historia romana (60.8.4), este exilio fue planificado. Se rumoreaba que Claudio solía tener encuentros a solas con Julia Livila. Debido a los celos, Casio Dión sostiene que Mesalina planificó tal acusación de adulterio contra la hija de Germánico, Julia Livila.
Este dato nos puede resultar justificable. Ahora bien, si consistió en un exilio planificado, ¿por qué Séneca? En su Consolación a su madre Helvia, defiende su inocencia (4, 3; 5,1):
No hay razón para que te fíes de otros en lo que a mí respecta: yo mismo, para que no te veas inquietada en absoluto por suposiciones infundadas, te aclaro que no soy desdichado. La importancia de las circunstancias externas es poca y tal que no tiene gran influencia en ninguno de los dos sentidos: ni las favorables encumbran al sabio ni las adversas lo abaten.
Algunos estudiosos senequistas, como Miriam Tamara Griffin, aceptan esta inocencia postulando que alguien había maquinado una estrategia para deshacerse de él. Con las magníficas palabras de Tácito podemos extraer algunas hipótesis. Según el historiador en sus Anales (11.1ss), la mujer de Claudio Mesalina ya había tramado anteriormente otra acusación contra un aristócrata romano, Valerio Asiático, con la ayuda de un tal Publio Suilio. Esta acusación se basaba en la condena de Valerio Asiático por haber corrompido a sus soldados con dinero y otras ganancias para cualquier infamia. Asimismo, esta acusación constaba de más cargos como adulterio con Popea.
Estos datos son relevantes por lo que veremos a continuación. El mismo historiador Tácito nos habla de un personaje romano que, siendo reo ya sin posibilidad de absolución, habiendo caído en el odio de muchas otras personas y siendo condenado por diversos crímenes internos y por la apropiación de caudales públicos, descargó todo su rencor contra Séneca echándole en cara las riquezas que él había conseguido con la amistad del emperador. Este personaje, entonces, decidió acusar a Séneca de adulterio con Julia Livila. ¿Quién era este personaje? Publio Suilio. ¿Con quién maquinó una acusación años atrás? Con Mesalina. Y, ¿a quién odiaba Mesalina? A Julia Livila. Ambos se pusieron de acuerdo de nuevo para quitarse de encima a sus respectivos enemigos.
Se trata de un caso difícil de resolver porque, además de carecer de pruebas objetivas, los historiadores disfrazaban a muchos personajes a su antojo. En cambio, Séneca defiende su inocencia cuando escribió a su madre una vez exiliado. En este exilio fue cuando Séneca, para sobrellevarlo de la mejor manera posible, ejercitó sus preceptos cosmopolitas. Como dice Cicerón en sus Discusiones en Túsculo, la patria es dondequiera que se esté bien. Dicho de otra manera, la patria es el mundo.
¿Acusación manipulada? ¿O adulterio cometido? Fuese inocente o culpable, tal acusación le llevó a ocho años de exilio, hasta que escribió su Condolación a Polibio, discurso con el que se ganó el regreso a Roma. Este discurso es el eje central de la segunda controversia que veremos en el próximo artículo.
Para quienes deseen conocer más el personaje de Séneca, la estudiosa Miriam Tamara Griffin hizo algunas publicaciones muy recomendables como Seneca: A Philosopher in Politics y Seneca on Society: A Guide of De Beneficiis.
Artículo escrito por Daniel Arenas, si quieres recibir sus inyecciónes estoicas INSCRÍBETE.
PD: Este artículo es el primero de una serie de 5 artículos relacionados con las contradicciones de Séneca. Aquí te dejamos enlazados los demás. Esperamos que te gusten. 😄
Deberias hacer otro apartado hablando sobre la relación de Séneca y el apóstol Pablo. Si de verdad se escribian o si Séneca acepto el cristianismo, me interesa saber tu opinión sobre dicha relación de Séneca y Pablo
¡Hola José!
En lo referente a Séneca ha sido uno de los temas que también se ha investigado mucho. En términos generales, las investigaciones más recientes apuntan a que no hubo correlación epistolar entre Séneca y San Pablo o, al menos, que Séneca no llegó a cristianizarse. Pese a todo, ¡nos disponemos a consultar documentos y textos y preparar una publicación! ¡Gracias por tu aportación! ¡Vuestro interés nos anima a indagar más sobre el estoicismo!